The Kitchen Monument es a la vez una escultura móvil así como un prototipo que genera un espacio público temporal. Su instalación en lugares urbanos de potencial subestimado (los llamados no-espacios) da identidad a la esfera pública, permitiendo a la gente a co-crearlo activamente. A pesar de que se han recreado diferentes programas en diferentes emplazamientos, su uso como cocina (el lugar ideal para conectar lo privado y lo público) tiene un gran potencial para reflejar identidades urbanas así como peculiaridades culturales y tradiciones; estos conceptos definen el concepto. El proyecto consta de dos partes: la caja y la burbuja, conectados por una rampa de acero. Además de la entrada, la caja contiene una estructura neumática y la tecnología para inflar la burbuja, que se compone de PE translúcido reforzado laminado; un ventilador suministra continuamente el aire. Adaptándose a cualquier lugar que va, la transparencia de la burbuja permite el diálogo entre el exterior y el interior; difumina todo el conjunto, pero no obstante, sigue siendo visible.
1 comentario:
genial ejemplo de catalizador! gran experimento a modo de dopamina urbana, muy útil para activar los tan habituales no-lugares públicos.
Publicar un comentario