La tecnología avanza cada vez más deprisa, a veces incluso se nos adelanta, por momentos parece que nos desborda, pero lo cierto es que hace que tengamos una mejor calidad de vida.
Como sugirió jonyas en un comentario:
“El uso de las tecnologías de la información impulsaría algo más a esta sociedad, cada día más dependiente de las maquinitas”
Pero, ¿Cómo podría aplicarse la tecnología para impulsar las visitas a los museos?
Puede que los tipos, en arquitectura, no hayan cambiado demasiado desde hace siglos, pero la investigación, la ciencia y la tecnología aplicada irrumpen cada vez más en el sector para dar solución a los nuevos (y viejos) problemas arquitectónicos.
Encontramos una enorme distancia entre lo que se puede hacer y lo que realmente se hace ¿Es esto una cuestión de dinero?
Naturalmente en ocasiones es un obstáculo, dependiendo de los proyectos, pero seguramente una adecuada inversión a favor de las NTIC (nuevas tecnologías de la información y de la comunicación) daría lugar a un ahorro a la larga.
Existen múltiples ejemplos, más o menos sofisticados, y en cada uno la tecnología se aplica de manera diferente para conseguir uno u otro objetivo:
1.
Dentro de la tecnología aplicada a la construcción nos encontramos con los nuevos materiales, materiales inteligentes que acercan y mejoran la relación entre las personas y la arquitectura.
Un ejemplo sencillo pero claro ya que está al alcance de todos pueden ser los nuevos materiales utilizados para conformar el mobiliario:
Materiales como technogel, utilizados experimentalmente por aquitectos como Rem Koolhaas(Second Stage Theater, ver foto) intentan desplazar a otros materiales con el objetivo de generar una mayor sensación de comodidad al usuario.
2.
Un ejemplo distinto lo podemos encontrar en el centro FRAC de Jacob+MacFarlane
La piel del edificio está formada por una malla metálica y textil vista tanto al exterior como al interior del edificio, y que funciona como soporte de un constante flujo de información. Esta piel se nutre de datos de todo tipo que son transmitidos a través de imágenes sobre la piel del edificio. El volumen, la luz y la imagen se unen para dar lugar a una forma dinámica de arquitectura de la información. Puede tratarse de información metereológica, de conexiones con la página web del centro o cualquier tipo de información transmitida en tiempo real.
La superficie iluminada del edificio es un panel informativo de las actividades del edificio.
Sin embargo, algunas opiniones discrepan, dicen que el creciente auge de las NTIC en la vida cotidiana son un peligro social, y que llevan el camino de generar trastornos de conducta que a la larga pueden resultar perniciosos y nocivos para la sociedad. El exceso de información gráfica, lejos de favorecer la autocrítica bloquea los cerebros, ya que las imágenes se asimilan de forma espontánea y sin cuestionamientos…
Mientras que en las sociedades occidentales se da este auge por las NTIC para mejorar un nivel de vida que cada vez es más alto y se aleja de las necesidades básicas de los ciudadanos; países subdesarrollados no pueden hacer uso de las tecnologías más simples para satisfacer sus necesidades vitales.
Tanto derroche tecnológico puede resultar egoísta, ¿Está reñido este desarrollo tecnológico con un comportamiento ético de la sociedad?
Tal vez estas opiniones se salgan de contexto, sin duda el tema resulta muy extenso, expongo estas ideas para intentar tomar el pulso de lo que opináis:
¿Cómo pensáis vosotros que podría utilizarse la tecnología para mejorar un museo?
“Tu inicio de proyecto me parece fabuloso. La búsqueda de la participación ciudadana. Coincido contigo plenamente en que a veces nos olvidamos de preguntar qué es lo que quieren los ciudadanos. Al fin y al cabo son los usuarios a los que va dirigido el proyecto.
Los tiempos cambian y las necesidades y circunstancias son otras.
Sí, a un museo participativo, más como espacio público abarcable, disfrutable y seguro para el ciudadano. Me tendría que apetecer más estar en un taller de tu museo que en mi casa. Creo que esa es la clave. La concepción del espacio público en las ciudades está cambiando y si en la habitación de mi casa tengo 9 m2 para trabajar, pues tendré que buscarme las castañas en otro sitio. Creo que la clave de las ciudades de este siglo está en el espacio público.
Igual que te digo la O te digo la A. No entiendo un museo como un espectáculo para que la gente joven lo disfrute como ocio sin más-consumo de emociones-. Creo que los jóvenes son –o somos- un sector de la población muy elitista y rechazamos lo que no es como nosotros. Debe dar igual la edad o la condición. Si el museo se convierte en un bar de copas, la gente, llegará se tomará algo y se irá.
El museo debe ser un lugar para aprender, donde tú das y recibes. Estuve hace poco en uno donde sólo había gente guapa que se paseaba. Lo digo como lo pienso.
La formación es básica para que la gente disfrute y aprenda de lo que ve. El artista debería estar más al pie del cañón e implicado en llegar a la gente y no como normalmente sucede, en su pedestal, allí arriba (no todo el mundo, claro está). Creo que el arte se está convirtiendo en un negocio elitista y bastante conservador.”
Juan